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martes, diciembre 04, 2007

 

Inauguraron un laboratorio único en América latina

Es para el estudio de terapias celulares

Jueves 22 de noviembre de 2007 | Publicado en la Edición impresa

LA PLATA.- El Centro Unico Coordinador de Ablación e Implante de la provincia de Buenos Aires (Cucaiba) inauguró ayer un laboratorio de medicina regenerativa, ingeniería tisular y terapias celulares que permitirá dar continuidad a las investigaciones de un grupo interdisciplinario de profesionales.

"Es el único laboratorio de este tipo en el ámbito público en América latina. En la Argentina existen tres y funcionan en el sector privado", explicó el doctor Eduardo Mansilla, que estará a cargo de la dirección.

La terapia celular y la medicina regenerativa intentan restaurar la función de órganos y tejidos dañados, mientras que la ingeniería tisular persigue, por medio del uso de células vivas, repararlos, reemplazarlos, mantenerlos o mejorar su función particular.

"En el Cucaiba, desde hace varios años investigamos en la materia, y en esta etapa era necesario el laboratorio. Así, podremos continuar las investigaciones y hacer rigurosos protocolos clínicos. El objetivo es el desarrollo de procesos terapéuticos", explicó Mansilla.

"Medicina del futuro"

Junto con el director, y en forma interdisciplinaria, trabajarán otros cuatro profesionales. "Significó una importante inversión, pero se concretó en forma gradual. El funcionamiento del laboratorio estará financiado por el Estado provincial", dijo Mansilla.

El laboratorio fue instalado en la sede del Cucaiba, en el partido de Ensenada, y, según definieron diversos especialistas, es "de última generación": "Especialmente, en lo que se denomina clean room (área limpia), que permitirá el procesamiento y la producción de los distintos sustitutos con un nivel de calidad farmacológico", detalló Mansilla.

En esa área, la calidad del aire, la temperatura y la humedad están altamente reguladas y controladas para proteger la sensibilidad de los equipos a la contaminación.

El ministro de Salud bonaerense, Claudio Mate, consideró que se trata de "un paso importante para el sector público, en lo que va a ser seguramente la medicina del futuro. Hoy, la provincia de Buenos Aires registra un avance trascendente en lo tecnológico. Creo que la salud pública se entiende así, y no denostándola".

La inauguración se concretó mientras en esta ciudad se desarrolla el Segundo Meeting Internacional de Ingeniería Tisular, Medicina Regenerativa y Terapias Celulares. Introducción a la Nanomedicina.

Entre los profesionales que disertarán se destaca la participación del profesor Luis Núñez, de Argonne Nacional Laboratory de Chicago, Illinois.

Ximena Linares Calvo

Repercusiones
El avance en células madre tuvo ecos positivos
Aún no se puede traducir en terapias
El trabajo realizado por científicos norteamericanos y japoneses que lograron crear células embrionarias a partir de piel humana, dado a conocer ayer en todo el mundo, recibió calurosos elogios e inspira admiración en la comunidad científica. Aunque los investigadores también aclaran que las aplicaciones de esta técnica a una terapia concreta no es inminente.

"Es un avance impresionante, pero hay que tener mucho cuidado con las expectativas -opinó el doctor Osvaldo Podhajcer, investigador del Conicet y de la Fundación Instituto Leloir-. Es muy temprano para pensar en terapias concretas. Van a pasar muchos años antes de que podamos ponerle estas células a una persona en el cerebro o el corazón. Más de diez."

Para el científico, uno de los aspectos problemáticos de esta técnica es que los retrovirus que se emplean para hacer ingresar los cuatro genes que reprograman las células y las vuelven a su estado totipotencial habían generado tumores en el 20% de los ratones sometidos a un experimento similar.

"La posibilidad de que se genere un tumor a partir de un retrovirus es importante -afirma-, por eso su uso sigue siendo peligroso."

Parael doctorFernando Pitossi, que investiga en terapia génica también en la Fundación Instituto Leloir, el logro conocido ayer tiene dos lecturas: "Desde lo puramente científico, es un gran avance. Si bien ya se había logrado en ratones, no siempre es factible trasladar a los seres humanos lo que se hace en animales. Y, desde el punto de vista académico, también es sorprendente que sólo se necesiten cuatro genes para producir semejante transformación. Ahora, hay que mejorar la regulación de estas células y seguir comparándolas con las embrionarias para ver si existen diferencias sutiles".

"Es una señal sumamente interesante y, si resultara ser el camino, resolvería muchos problemas", coincidió la doctora Ana del Pozo, directora del Banco de Células de Cordón del Hospital Garrahan.

Más allá de la cautela que exige el descubrimiento, subrayó Podhajcer, hay que seguir trabajando para entender de qué manera se vuelve atrás el reloj celular. "Este trabajo conmoverá las bases de muchas teorías -dijo-. Por ejemplo, siempre se pensó que las células madre cancerosas son las que originan los tumores malignos, y nunca se creyó que las diferenciadas pudieran «desdiferenciarse». Pero a la luz de estos hallazgos, una célula de una glándula mamaria normal podría, a través de la activación de ciertos genes, dar origen a un tumor."

http://www.lanacion.com.ar/cienciasalud/nota.asp?nota_id=964486&origen=premium

 

Repararían tejidos sin usar embriones

Logro simultáneo decientíficos japoneses y norteamericanos

Repararían tejidos sin usar embriones

Una nueva técnica permite crear células madre a partir de la piel humana y sortea el debate ético sobre la clonación

Miércoles 21 de noviembre de 2007 | Publicado en la Edición impresa

NUEVA YORK.- Dos equipos de científicos informaron ayer que han convertido células humanas de piel en lo que parecen ser células madre embrionarias, sin tener que crear o destruir un embrión, una hazaña que podría sofocar el debate ético que causa tantos problemas a este campo de investigación.

Todo lo que tuvieron que hacer, dijeron los científicos, fue agregar cuatro genes. Los genes reprogramaron los cromosomas de las células de la piel, transformándolas en pizarras en blanco capaces de ser convertidas en cualquiera de los 220 tipos de tejidos del cuerpo humano, sea de corazón, cerebro, sangre o hueso.

Hasta ahora, la única forma de obtener ese tipo de células universales humanas era arrancándolas de un embrión humano, varios días después de la fertilización, en un proceso que llevaba a la destrucción del embrión.

Las células de piel reprogramadas podrían tener sutiles diferencias con las células madre embrionarias, que provienen directamente de embriones humanos, y el nuevo método tiene riesgos potenciales, como introducir genes cancerígenos. Pero los investigadores dicen que están seguros de que no demandará mucho perfeccionar el método y que los inconvenientes actuales demostrarán ser temporarios.

Investigadores y eticistas no involucrados en los hallazgos dicen que el trabajo debería reformar el campo de las células madre. En algún momento de un futuro cercano, dijeron, debería debatirse si es moralmente aceptable crear y destruir embriones humanos para obtener células madre.

"Todo el mundo estaba esperando que llegara este día", dijo el reverendo Tadeiusz Pacholczyk, director de educación del Centro de Bioética Católico Nacional. "Esta debería ser una solución para las objeciones morales que se han planteado durante años", agregó.

Los dos equipos independientes, uno de Japón y otro de los Estados Unidos, informan que sus métodos también crean células madre que se ajustan genéticamente al donante sin tener que recurrir al controvertido paso de la clonación. Si las células madre son usadas para crear células y tejidos de reemplazo para los pacientes, será inestimable contar con células que concuerden genéticamente porque no serán rechazadas por el sistema inmunológico. Y lo que es más importante, dicen los científicos, es que células genéticamente concordantes con los pacientes les permitirán estudiar en el laboratorio enfermedades complejas, como el Alzheimer, el cáncer o la diabetes.

Un paso adelante

Hasta ahora, la única forma de obtener células madre embrionarias que se ajustaran genéticamente a una persona era crear embriones que fueran clones de la persona y extraer luego sus células madre. Con el nuevo método, la clonación humana para la investigación en células madre, al igual que la creación de embriones humanos para extraer células madre, sería innecesaria.

A pesar de todas las esperanzas alimentadas durante la última década, la investigación en células madre embrionarias no ha producido todavía ninguna cura ni ningún gran descubrimiento terapéutico. Las células madre son tan maleables que podrían presentar riesgo oncológico, y el nuevo método para obtenerlas incluye procedimientos que tienen sus propios riesgos.

Aun así, el nuevo trabajo permitiría a este campo de la investigación esquivar problemas significativos, entre los que se cuentan la escasez de células madre embrionarias y la restricción de fondos federales (de los Estados Unidos) para la investigación.

Los nuevos hallazgos se publican hoy en la revista Cell , en un artículo de Shinya Tamanaka de la Universidad de Kyoto y del Instituto Gladston para la Enfermedad Cardiovascular de San Francisco, y en Science , en un artículo de James Thomson y sus colegas de la Universidad de Wisconsin.

Aunque ambos grupos usaron sólo cuatro genes para reprogramar las células de piel humanas, dos de los cuatro genes utilizados por los científicos japoneses son diferentes de los usados por el grupo norteamericano. Las células reprogramadas, reportan los investigadores, parecen comportarse exactamente como las células madre embrionarias humanas.

"Esto es realmente asombroso", dijo el doctor Leonard Zon, director del programa de células madre de la Escuela de Medicina de Harvard.

"Muestra que no se trata de algo esotérico que sólo ocurría en ratones", afirmó el doctor Rudolf Jaenisch, del MIT.

Por Gina Kolata
DeThe New York Times


El análisis
Una proeza científica
Lograr las ventajas de una célula madre embrionaria partiendo de una célula adulta es una proeza científica sin precedente.

Hoy es factible lograr un embrión hasta una etapa en la cual se pueden obtener células que podrían servir para generar diversos tejidos. Sin embargo, estas células pueden generar tumores, además de que existe un sector de la sociedad con una posición intransigente al respecto: "Un embrión humano es un ser humano", afirman.

¿Cómo saltar la barrera tecnológica y ética sin dañar a nadie? Los pasos que llevan de una célula embrionaria a una adulta son el fruto de complejos pasos; complejos sí, pero no necesariamente irreversibles. La idea es invertir el proceso; es decir, partir de la célula adulta y llevarla a un estadio de célula embrionaria.

Existen moléculas que ayudan a que una célula embrionaria persista como tal; la regulación de sus genes es necesaria para que comience a transformarse.

Se seleccionaron moléculas que en investigaciones previas parecían alcanzar para reprogramarla. Los genes fueron introducidos en el núcleo de una célula adulta a través de un virus y alcanzaron para transformarla en una célula madre similar a una embrionaria: es decir que la nueva célula, llamada célula madre pluripotencial inducida, tiene genes normales, tiene las mismas marcas de superficie y es capaz de dar múltiples tejidos, pero sin provenir de la destrucción de un embrión.

Con esto ¿se pueden tratar todo tipo de enfermedades? No sabemos. La potencialidad existe, pero podría generar tumores y además el virus podría pasar información no deseable a la célula.Investigador del Conicet y director del Instituto de Ciencias Básicas y Medicina Experimental del Hospital Italiano

Por Pablo Argibay
ParaLA NACION

http://www.lanacion.com.ar/cienciasalud/nota.asp?nota_id=964203&origen=premium

 

Regulan las prácticas con células madre

Hasta ahora no hay tratamientos aprobados en ningún lugar del mundo

Deberán ajustarse a las normas de las terapias experimentales; el organismo fiscalizador será el Incucai

Martes 20 de noviembre de 2007 | Publicado en la Edición impresa

"Médicos argentinos desarrollan exitoso tratamiento con células madre autólogas para el tratamiento de diabetes tipo 2 y diversas patologías, entre las que se hallan la esclerosis múltiple, el Alzheimer, el Parkinson, el accidente cerebrovascular, las lesiones medulares (...) La capacidad comprobada de fijación, duplicación y diferenciación de las células madre permite que los resultados sean casi inmediatos y que se perciba una clara mejoría a los cinco días de la intervención."

Basta con tipear los términos stem cells en Internet para que la pantalla nos devuelva esta promesa de ribetes decididamente mágicos. Pero no es la única: el vacío legal que existía hasta ahora en torno de las células madre, una de las áreas de investigación más "calientes" del momento por las posibilidades que dejaron entrever estas entidades camaleónicas potencialmente capaces de transformarse en cualquier tejido, abrió la puerta a todo tipo de propuestas. Incluso a las estafas...

Afortunadamente, dos iniciativas empezarán a poner orden en este escenario en el que impera el desconocimiento. La Agencia de Promoción Científica y Tecnológica invitó a algunos de los especialistas más destacados del país en este tema a integrar la Comisión Asesora en Terapias Celulares y Medicina Regenerativa. Por su parte, el Ministerio de Salud dispuso una modificación a la reglamentación de la ley de trasplantes que autoriza al Incucai a actuar como organismo fiscalizador de toda investigación relacionada con el implante de células. Además, acaba de publicar en el Boletín Oficial una guía de buenas prácticas para la experimentación en seres humanos en disciplinas nuevas como la medicina regenerativa.

"El público es muy vulnerable y está indefenso. El Estado tiene que cuidar a la sociedad para que no la estafen", afirma la doctora Susana Sommer, bioeticista de la Universidad de Buenos Aires.

Junto con Sommer, los doctores Pablo Argibay, investigador del Instituto de Ciencias Básicas y Medicina Experimental del Hospital Italiano; Fabiana Arzuaga, de la Cámara de Diputados de la Nación; Andrés Carrasco, del Laboratorio de Embriología Molecular de la Facultad de Medicina de la UBA; Roberto Coco, de Fecunditas; Ana del Pozo, directora del Banco de Sangre del hospital Garrahan; Leonardo Fainboim, investigador del Conicet y el Hospital de Clínicas; Florencia Luna, directora del área de Bioética de Flacso; Jorge Peralta, del Incucai; Fernando Pitossi y Osvaldo Podhajcer, de la Fundación Instituto Leloir; Martín Seoane, de la Anmat, Gustavo Sevlever, de Fleni, y Lino Barañao, presidente de la Agencia y nuevo ministro de Ciencia y Tecnología están analizando cómo deberían regularse en la Argentina las prácticas con células madre.

"El vacío legal existe en muchos países del mundo -explica Sevlever-. Ocurre que en los fármacos están muy claros los pasos que hay que seguir para llevar una molécula del laboratorio a la farmacia, pero en este tipo de terapias todavía no."

Y agrega Pitossi: "Por ejemplo, hay que distinguir entre tratamientos reconocidos, otros que son experimentales y otros que directamente no tienen ningún asidero científico".

Ilusiones vs. realidad

Para los especialistas, el malentendido deriva, en parte, de una confusión entre ingeniería de tejidos y medicina regenerativa. "La ingeniería de tejidos está logrando desarrollar matrices, cartílagos, piel -dice Argibay-. En cambio, la medicina regenerativa como tal sigue siendo una promesa con muy poco sustento. Tanto en la diabetes, para la que no hay prácticamente evidencias experimentales de que se logre revertir, como en los tratamientos cardíacos, que hasta ahora sólo ofrecen resultados controversiales."

Esto ocurre, entre otras cosas, porque las células madre se comportan de una manera in vitro, de otra en los modelos experimentales y de otra cuando se insertan en seres humanos.

"No es lo mismo el nivel experimental en animales, donde uno tiene todos los factores controlados, que transferirlas al paciente -subraya Carrasco-. Para la medicina no hay enfermedades, sino enfermos. No son iguales todos los casos de mal de Alzheimer ni todos los de cardiopatías, ni van a responder igual todos los de esclerosis múltiple. Uno puede trabajar con animales, establecer protocolos, ver qué tipo de células conviene emplear, si se mueren o si siguen activas a lo largo del tiempo, pero en los pacientes el problema se complica."

Según el científico, se sabe todavía muy poco sobre el comportamiento de estas entidades biológicas. "Si uno se fija en el desarrollo embrionario, se da cuenta de que las células reaccionan en poblaciones -detalla-. Su comportamiento depende de dónde «anidan», de cuáles son las relaciones que establecen entre ellas y con los tejidos circundantes... Hay todavía muchos aspectos oscuros de su biología."

Entonces, ¿qué se puede esperar?

"Esa es la gran pregunta, porque en la sociedad está instalada la creencia de que curan, sin importar de qué célula madre se hable ni de qué enfermedad se trate -contesta Pitossi-. Lo cierto es que en principio tal vez puedan curar, pero por ahora no hay ningún tratamiento aprobado en ningún lugar del mundo."

Una excepción, asegura Del Pozo, concierne a las terapias hematopoyéticas (con células madre de médula ósea, para tratar males como la leucemia o enfermedades hereditarias de la sangre, como la osteopetrosis), para las que ya hay tratamientos reglamentados en el mundo y también en nuestro país.

"Los mejores resultados se obtienen cuando se usan células madre que corresponden al mismo tejido que se quiere tratar -dice Argibay-. En el laboratorio uno puede transformar una célula de médula ósea en una neurona, ¿pero funciona como tal dentro de una persona?"

Lo que queda claro es que, de aquí en más, y dado que no está probada su validez, toda terapia con células madre podrá realizarse en calidad de tratamiento experimental y deberá ajustarse a las normas que regulan ese tipo de intervenciones: deberá estar controlada por el Incucai y, sobre todo, ofrecerse sin costo. Para participar, los pacientes también tendrán que firmar un consentimiento informado.

"Mientras una terapia sea experimental, no puede ser utilizada ni ofrecida en la práctica corriente -dice Carrasco-. Hoy vuelve a suceder lo que ocurría con la crotoxina: un tratamiento que no estaba probado en pacientes. No se puede impedir que se realicen experimentos, pero deben ser controlados seriamente."

Argibay, por su parte, destaca que hay que tener en cuenta las dos caras de la moneda: "Tenemos que evitar la mala praxis, pero también facilitar la investigación. Los protocolos deben ser aprobados rápidamente, en forma expedita. Haría falta una política de estímulo a la investigación clínica para que algún día finalmente tengamos la evidencia que hoy nos falta".

Por Nora Bär
De la Redacción de LA NACION

http://www.lanacion.com.ar/cienciasalud/nota.asp?nota_id=963880&origen=premium

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