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jueves, julio 12, 2007
Una vivienda para discapacitados
Una vivienda para discapacitados
Por Mª JOSÉ MORÓN
Se llama Antonia y es una mujer divorciada con 40 años, tiene una familia numerosa y sus ingresos son limitados, para más inri, le han reconocido oficialmente la Gran Invalidez . Así definía su situación Antonia Marín Cerqueira poco antes de quedarse sin voz debido a la enfermedad que padece.
Esta mujer sufre desde hace algo más de dos años una enfermedad degenerativa conocida como Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA). Se trata de una patología que afecta a las células nerviosas del sistema motor que controlan el movimiento de la musculatura y a las neuronas. «Es irreversible y además la medicina desconoce las causas que le remitió a la enfermedad», cuenta su cuñado, José Francisco Ruíz.
En su momento, entre las peticiones que Antonia efectuó al Ayuntamiento de Sevilla, solicitó una vivienda para discapacitados, «son buenas palabras pero no hacen nada para solucionar el problema», afirma José Francisco.
«Desde la empresa municipal de Emvisesa nos dijeron que nos apuntáramos al sorteo de las viviendas de protección oficial para discapacitados y así lo hicimos». En el pasado sorteo, celebrado en mayo, «le tocó el piso a mi cuñada, pero se lo concedían a cambio de la vivienda en propiedad en la que habita hoy en día».
El problema de fondo proviene de la legislación actual, ya que una persona que posee una vivienda en propiedad no puede acceder al sorteo de las VPO. Según José Francisco, el anterior reglamento decía que había excepciones ante situaciones como esta. «Desgraciadamente Antonia está perdiendo todas las funciones vitales, por lo que no puede depender de ella misma».
Incluso, «su casa no está acondicionada para mantener a una persona con discapacidad y en el bloque de pisos se encuentra sin ascensor, además, el valor de esta vivienda es mayor que una protegida».
Habitualmente, la ELA afecta a pacientes con edad superior a los cincuenta años y, sobre todo, los varones son afectados con mayor frecuencia que las mujeres.
Según el presidente de la ELA en Sevilla, Joaquín Peña, «tenemos en la asociación a enfermos que sólo mueven el iris del ojo». El primer signo de la enfermedad es la debilidad muscular asimétrica, que afecta a uno de los miembros, junto con los calambres y las fatigas, y en general la media de vida es de tres a cinco años. «Es una patología en la que la persona se queda atrapada en su propio cuerpo»
Fuente:
http://sevilla.abc.es/
Por Mª JOSÉ MORÓN
Se llama Antonia y es una mujer divorciada con 40 años, tiene una familia numerosa y sus ingresos son limitados, para más inri, le han reconocido oficialmente la Gran Invalidez . Así definía su situación Antonia Marín Cerqueira poco antes de quedarse sin voz debido a la enfermedad que padece.
Esta mujer sufre desde hace algo más de dos años una enfermedad degenerativa conocida como Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA). Se trata de una patología que afecta a las células nerviosas del sistema motor que controlan el movimiento de la musculatura y a las neuronas. «Es irreversible y además la medicina desconoce las causas que le remitió a la enfermedad», cuenta su cuñado, José Francisco Ruíz.
En su momento, entre las peticiones que Antonia efectuó al Ayuntamiento de Sevilla, solicitó una vivienda para discapacitados, «son buenas palabras pero no hacen nada para solucionar el problema», afirma José Francisco.
«Desde la empresa municipal de Emvisesa nos dijeron que nos apuntáramos al sorteo de las viviendas de protección oficial para discapacitados y así lo hicimos». En el pasado sorteo, celebrado en mayo, «le tocó el piso a mi cuñada, pero se lo concedían a cambio de la vivienda en propiedad en la que habita hoy en día».
El problema de fondo proviene de la legislación actual, ya que una persona que posee una vivienda en propiedad no puede acceder al sorteo de las VPO. Según José Francisco, el anterior reglamento decía que había excepciones ante situaciones como esta. «Desgraciadamente Antonia está perdiendo todas las funciones vitales, por lo que no puede depender de ella misma».
Incluso, «su casa no está acondicionada para mantener a una persona con discapacidad y en el bloque de pisos se encuentra sin ascensor, además, el valor de esta vivienda es mayor que una protegida».
Habitualmente, la ELA afecta a pacientes con edad superior a los cincuenta años y, sobre todo, los varones son afectados con mayor frecuencia que las mujeres.
Según el presidente de la ELA en Sevilla, Joaquín Peña, «tenemos en la asociación a enfermos que sólo mueven el iris del ojo». El primer signo de la enfermedad es la debilidad muscular asimétrica, que afecta a uno de los miembros, junto con los calambres y las fatigas, y en general la media de vida es de tres a cinco años. «Es una patología en la que la persona se queda atrapada en su propio cuerpo»
Fuente:
http://sevilla.abc.es/