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martes, febrero 26, 2008
LOS NIETOS Y EL DUELO
Cómo ayudar a los nietos a sobrellevar el duelo
Dedicado a Selvita
Todos queremos lo mejor para nuestros nietos. Queremos mantenerlos sanos y salvos, protegerlos del dolor y la tristeza. Quisiéramos que pudiesen seguir siendo siempre tan inocentes como el día en que nacieron.
Desgraciadamente, no podemos evitar que ocurran algunos hechos, desafortunados, a aquéllos que amamos. Antes de alcanzar la adultez, muchos niños habrán experimentado alguna pérdida significativa que les causará un intenso dolor. Sus padres pueden divorciarse; un padre, un hermano u otro ser querido pueden morir tras una larga enfermedad o en un accidente. Estos hechos pueden trastocar completamente el mundo de un niño. Algunos sufren porque un padre está en la cárcel, es drogadicto o abusivo. Estos niños, a menudo, se sienten abandonados y pasan por un proceso de duelo similar al que experimentan los niños cuyos padres han muerto.
Reacciones normales y motivos de preocupación
A los niños, generalmente les cuesta aceptar que ha ocurrido una muerte o que un padre los ha abandonado. No saben qué hacer con el dolor que sienten. Extrañan a la persona que se fue, les preocupa saber quién los cuidará, y sienten todo esto con las emociones inmaduras propias de su edad. Los niños que atraviesan un duelo necesitan mucha ayuda de todos los adultos que los rodean, incluyendo sus abuelos.
Durante cierto tiempo, es normal que un niño en proceso de duelo:
Esté deprimido o ansioso.
Esté enojado o actúe con enojo.
Se comporte como si fuera más pequeño, orinándose en la cama o chupándose el dedo (si no lo hacía antes).
Se culpe a sí mismo por una muerte o por el hecho de que uno de sus padres no pueda cuidarlo.
Juegue imaginariamente con la muerte o con morirse.
No hay un tiempo determinado para el duelo. El comportamiento debería mejorar una vez que el niño ha atravesado el proceso. Si después de un tiempo razonable no hay cambios, considere la posibilidad de buscar ayuda externa. Esta ayuda es especialmente importante si el niño:
Habla sobre "reunirse" con la persona que ha muerto.
Tiene una marcada disminución en su rendimiento escolar.
Se involucra con las drogas o el alcohol.
No quiere o no puede conectarse con los demás.
Tiene pesadillas o problemas para dormir durante un período de tiempo prolongado.
Cómo realizan el duelo los niños
Los niños realizan su duelo de manera distinta de los adultos.
En primer lugar, no se muestran acongojados todo el tiempo. Muchos niños parecen estar tristes sólo ocasionalmente, y sólo por cortos períodos de tiempo. No se deje engañar por esta actitud, ya que no significa que el niño haya "superado" su dolor. Sólo significa que no puede enfocarse en estas emociones intensas durante mucho tiempo. Ésta es la forma en que su mente lo protege para que las emociones fuertes no lo abrumen.
No se sorprenda si a un niño le lleva más tiempo superar el dolor de una pérdida que a usted. A veces, los niños necesitan volver sobre su duelo una y otra vez; incluso, podrían revivirlo cada vez que ingresan a una nueva etapa de su vida.
La manera en que los niños responden a una pérdida depende de su edad.
Hasta los dos o tres años, el niño no comprende el concepto de muerte, pero sentirá y le afectará la tensión emocional que experimenta la familia. Un niño en edad preescolar puede entender algo sobre la muerte, pero la vivirá más bien como una especie de sueño y, posiblemente, crea que la persona fallecida volverá.
A medida que crecen, los niños comienzan a comprender la posibilidad de su propia muerte. A partir de los seis años, empiezan a tener miedo de morirse. A medida que crecen, se van dando cuenta de que la muerte es algo definitivo y que le sucede a todo el mundo.
A los adolescentes, generalmente les cuesta mucho hacer un duelo. Pueden parecer adultos, pero emocionalmente todavía son niños. No espere que sean fuertes o que apoyen a los demás miembros de la familia durante este proceso. Más bien, trate de brindarles todo el apoyo que pueda. Si esto no es posible, vea si puede hacer que el adolescente hable con un consejero escolar, un terapeuta u otro adulto capaz de ayudarlo.
¿Qué puede hacer para ayudar?
Los abuelos están en una buena posición para "contener" a los nietos que han perdido a un ser querido. Si los demás miembros de la familia están ensimismados en su dolor, quizá no puedan ver lo que les está pasando a los niños. Como abuelo, usted puede centrarse en ellos y asegurarse de que reciban el apoyo necesario.
Éstos son algunos consejos para ayudar a un niño en su duelo:
Converse sobre lo sucedido. Manténgase calmo y sereno. Dígale la verdad en forma simple. Responda a sus preguntas con honestidad y asegúrese de que el niño entienda sus respuestas.
Sea paciente. Los niños a menudo necesitan que les repitan las cosas. Quizá deba responder las mismas preguntas más de una vez.
Comparta sus sentimientos acerca de la pérdida. Pídale al niño que también comparta sus sentimientos. Quizá deba ayudarlo a verbalizar lo que siente. El hacer dibujos y jugar con muñecos puede ayudar.
Ayude al niño a recordar a la persona que se ha ido. Si ha muerto un ser querido y el niño quiere participar en el funeral, permítaselo. Pero asegúrese de prepararlo para lo que sucederá durante la ceremonia.
No puede proteger a sus nietos de la tristeza, pero puede ayudarlos a superar el dolor y seguir adelante. Su apoyo hará que sus nietos sientan que no están solos. Su comprensión los ayudará a entender y sobrellevar el hecho terrible que les ha sucedido. Y su amor les dará la seguridad de que siempre habrá alguien que se preocupe por ellos y desee cuidarlos.
Dedicado a Selvita
Todos queremos lo mejor para nuestros nietos. Queremos mantenerlos sanos y salvos, protegerlos del dolor y la tristeza. Quisiéramos que pudiesen seguir siendo siempre tan inocentes como el día en que nacieron.
Desgraciadamente, no podemos evitar que ocurran algunos hechos, desafortunados, a aquéllos que amamos. Antes de alcanzar la adultez, muchos niños habrán experimentado alguna pérdida significativa que les causará un intenso dolor. Sus padres pueden divorciarse; un padre, un hermano u otro ser querido pueden morir tras una larga enfermedad o en un accidente. Estos hechos pueden trastocar completamente el mundo de un niño. Algunos sufren porque un padre está en la cárcel, es drogadicto o abusivo. Estos niños, a menudo, se sienten abandonados y pasan por un proceso de duelo similar al que experimentan los niños cuyos padres han muerto.
Reacciones normales y motivos de preocupación
A los niños, generalmente les cuesta aceptar que ha ocurrido una muerte o que un padre los ha abandonado. No saben qué hacer con el dolor que sienten. Extrañan a la persona que se fue, les preocupa saber quién los cuidará, y sienten todo esto con las emociones inmaduras propias de su edad. Los niños que atraviesan un duelo necesitan mucha ayuda de todos los adultos que los rodean, incluyendo sus abuelos.
Durante cierto tiempo, es normal que un niño en proceso de duelo:
Esté deprimido o ansioso.
Esté enojado o actúe con enojo.
Se comporte como si fuera más pequeño, orinándose en la cama o chupándose el dedo (si no lo hacía antes).
Se culpe a sí mismo por una muerte o por el hecho de que uno de sus padres no pueda cuidarlo.
Juegue imaginariamente con la muerte o con morirse.
No hay un tiempo determinado para el duelo. El comportamiento debería mejorar una vez que el niño ha atravesado el proceso. Si después de un tiempo razonable no hay cambios, considere la posibilidad de buscar ayuda externa. Esta ayuda es especialmente importante si el niño:
Habla sobre "reunirse" con la persona que ha muerto.
Tiene una marcada disminución en su rendimiento escolar.
Se involucra con las drogas o el alcohol.
No quiere o no puede conectarse con los demás.
Tiene pesadillas o problemas para dormir durante un período de tiempo prolongado.
Cómo realizan el duelo los niños
Los niños realizan su duelo de manera distinta de los adultos.
En primer lugar, no se muestran acongojados todo el tiempo. Muchos niños parecen estar tristes sólo ocasionalmente, y sólo por cortos períodos de tiempo. No se deje engañar por esta actitud, ya que no significa que el niño haya "superado" su dolor. Sólo significa que no puede enfocarse en estas emociones intensas durante mucho tiempo. Ésta es la forma en que su mente lo protege para que las emociones fuertes no lo abrumen.
No se sorprenda si a un niño le lleva más tiempo superar el dolor de una pérdida que a usted. A veces, los niños necesitan volver sobre su duelo una y otra vez; incluso, podrían revivirlo cada vez que ingresan a una nueva etapa de su vida.
La manera en que los niños responden a una pérdida depende de su edad.
Hasta los dos o tres años, el niño no comprende el concepto de muerte, pero sentirá y le afectará la tensión emocional que experimenta la familia. Un niño en edad preescolar puede entender algo sobre la muerte, pero la vivirá más bien como una especie de sueño y, posiblemente, crea que la persona fallecida volverá.
A medida que crecen, los niños comienzan a comprender la posibilidad de su propia muerte. A partir de los seis años, empiezan a tener miedo de morirse. A medida que crecen, se van dando cuenta de que la muerte es algo definitivo y que le sucede a todo el mundo.
A los adolescentes, generalmente les cuesta mucho hacer un duelo. Pueden parecer adultos, pero emocionalmente todavía son niños. No espere que sean fuertes o que apoyen a los demás miembros de la familia durante este proceso. Más bien, trate de brindarles todo el apoyo que pueda. Si esto no es posible, vea si puede hacer que el adolescente hable con un consejero escolar, un terapeuta u otro adulto capaz de ayudarlo.
¿Qué puede hacer para ayudar?
Los abuelos están en una buena posición para "contener" a los nietos que han perdido a un ser querido. Si los demás miembros de la familia están ensimismados en su dolor, quizá no puedan ver lo que les está pasando a los niños. Como abuelo, usted puede centrarse en ellos y asegurarse de que reciban el apoyo necesario.
Éstos son algunos consejos para ayudar a un niño en su duelo:
Converse sobre lo sucedido. Manténgase calmo y sereno. Dígale la verdad en forma simple. Responda a sus preguntas con honestidad y asegúrese de que el niño entienda sus respuestas.
Sea paciente. Los niños a menudo necesitan que les repitan las cosas. Quizá deba responder las mismas preguntas más de una vez.
Comparta sus sentimientos acerca de la pérdida. Pídale al niño que también comparta sus sentimientos. Quizá deba ayudarlo a verbalizar lo que siente. El hacer dibujos y jugar con muñecos puede ayudar.
Ayude al niño a recordar a la persona que se ha ido. Si ha muerto un ser querido y el niño quiere participar en el funeral, permítaselo. Pero asegúrese de prepararlo para lo que sucederá durante la ceremonia.
No puede proteger a sus nietos de la tristeza, pero puede ayudarlos a superar el dolor y seguir adelante. Su apoyo hará que sus nietos sientan que no están solos. Su comprensión los ayudará a entender y sobrellevar el hecho terrible que les ha sucedido. Y su amor les dará la seguridad de que siempre habrá alguien que se preocupe por ellos y desee cuidarlos.